Una
posible lectura Lacaniana de los autismos diagnosticados con el síndrome
Asperger
Por:
Jose Castillo
I.
Hans Asperger, su época y sus debates
Para
los fines de nuestra investigación conviene resaltar algunos intereses de
Asperger y el atmósfera de sus investigaciones.
Asperger fue un psiquiatra
infantil vienés, quien a través de su trabajo con el Movimiento de la Juventud
Alemana, se interesó en la capacidad de algunos niños para formar grupos.
Más adelante tomará contacto
con niños altamente inteligentes con peculiaridades interesantes, con
conductas tan difíciles que era imposible mantenerlos en la escuela o en sus
familias. Su trastorno constituía un
ejemplo de la falta de capacidad de algunos niños de formar grupos, el
trastorno no es tanto intelectual, sino que más bien se muestra en la relación
del niño con otros seres humanos, en su falta de contacto.
Su descripción original de estos niños como autistichen psychopaten enfatizaba la dificultad de estos niños para comprender la expresión emocional, y la naturaleza oscura e ininterpretable de sus propias emociones.
Su descripción original de estos niños como autistichen psychopaten enfatizaba la dificultad de estos niños para comprender la expresión emocional, y la naturaleza oscura e ininterpretable de sus propias emociones.
Desde el reporte de
Asperger, los términos de psicopatía autística y Síndrome de Asperger (SA), han
sido utilizados de forma indistinta, aunque el primero connota algún tipo de
conducta antisocial o violencia, el segundo, más neutral parece preferible.
Este síndrome ha atraído la
atención recientemente, con muchos casos reportados. El término está lejos de
ser aceptado a nivel mundial, ya que permanece en la controversia. Sin embargo,
existe un alto nivel de acuerdo en cuanto al síndrome de Asperger, y el hecho
que comparte muchas de las características del autismo infantil,
particularmente el déficit a nivel social, el cual se constituye su principal
característica, y que el niño con un síndrome Asperger típico es inteligente,
con un uso fluido del lenguaje pero con una utilización muy original del mismo,
torpe motoramente, un seguidor persistente de intereses inusuales e
idiosincrásicos y aislado de otros por una forma extraña de comportarse que le
impide situaciones de carácter social.
Como una cuestión anecdótica
en relación a su biografía,
resulta de interés que el propio Asperger durante su niñez manifestó rasgos de
lo que luego él llamaría “psicopatía autista de la infancia”. De hecho se lo
describió como un niño solitario, que tenía dificultad para hacer amigos, muy
talentoso con el lenguaje y profundamente interesado en el poeta austriaco
Franz Grillparzer.
Franz
Grillparzer (Viena, 15 de enero de 1791 - Viena, 21 de enero de 1872), fue un dramaturgo austriaco. Su obra se encuadra
en el estilo Biedermeier.
Hijo de
un jurista, estudió derecho en la Universidad y empezó a trabajar en 1813 en la
Corte imperial; en 1819 sufrió una fuerte depresión por el suicidio de su
madre; en 1821 concursó sin éxito por el puesto de scriptor de la biblioteca
privada imperial. En 1823 vino a ser al fin Hofkonzipist, y en 1832, director
de los archivos del Imperio, puesto del que se jubiló en 1856. Sus años de
educación coinciden con la Revolución
francesa y la época napoleónica, pese a lo cual se mostró siempre de
ideología conservadora. Aparece como personaje secundario en una de las novelas
de Leopold von
Sacher-Masoch, La zapatilla de Safo, y es citado por Nietzsche
en sus Segundas consideraciones inactuales.
Luego
de su formación médica en Viena, comenzó a trabajar en la Clínica Pediátrica
Universitaria de Viena, sintiéndose particularmente atraído por la práctica de
la Pedagogía Curativa contemporánea a su formación y en boga gracias a los
trabajos de Rudolf Steiner.
Rudolf Steiner (Donji
Kraljevec, Imperio
austríaco [hoy Croacia],
25 de febrero de 18611 – Dornach, Suiza, 30 de marzo de 1925) fue un filósofo austriaco, erudito literario,
educador, artista, autor teatral, pensador social y esoterista.2 3 4
Fue el fundador de la antroposofía, educación Waldorf,
agricultura
biodinámica, medicina
antroposófica,5
y la nueva forma artística de la euritmia.
Caracterizó a la antroposofía como: La antroposofía
es un sendero de conocimiento que quisiera conducir lo espiritual en el hombre
a lo espiritual en el universo. Pueden ser antropósofos quienes sienten
determinadas cuestiones sobre la esencia del hombre y del mundo como una
necesidad tan vital como la que se siente cuando tenemos hambre y sed.
Steiner propuso una forma de individualismo ético,
al que luego añadió un componente más explícitamente espiritual. Derivó su epistemología de la
visión del mundo de Johann Wolfgang
Goethe, según la cual «El pensamiento es un órgano de percepción al igual
que el ojo o el oído. Del mismo modo que el ojo percibe colores y el oído
sonidos, así el pensamiento percibe ideas».7
El
Dr. Hans Asperger nació en Viena, Austria en la provincia de Lutz en 1906,
en donde coincidencialmente 10
años antes nacería el Dr. Leo Kanner. A
diferencia de Asperger, Kanner
emigrara a estados Unidos en 1924, donde conceptualizaría una clínica
del autismo.
Por
una parte Kanner en Baltimore, Estados Unidos en la Universidad Johns Hopkins,
en donde publicara su trabajo en 1940 “Autistic disturbances of affective
contact” y Asperger en Viena Austria
en el Heilpädagogische Abteilung (remedial Department) of the University
Paediatric Clinic fundado por Edwin Lazar en 1918, presentara su trabajo en
1943 “Autistic psychopathy” in childhood y en 1944 fue publicada. Dicha investigación de las psicopatías
autistas, más tarde será reconocida
con el nombre de síndrome de Asperger.
El
término autismo tiene una historia atípica. Fue originalmente acuñada por el
psiquiatra Eugen Bleuler en 1911 para describir lo que él percibía como uno de
los síntomas más importantes de la esquizofrenia, el aislamiento social. Autismo
quiere decir literalmente retirada a uno mismo, lo que parece
describir el desapego activo que afectaba a algunos de sus pacientes.
En
el caso de Leo Kanner él comenzó desde la premisa de que esos niños estaban
experimentando esquizofrenia infantil, aunque era consciente de que no exhibían
todos los síntomas de la esquizofrenia y usó la frase autismo infantil para
describir la condición.
En
el caso de Hans Asperger, él
identificó un trastorno de personalidad que afectaba a algunos de los niños referidos
por la clínica psiquiátrica infantil, pero él sentía que estaban descritos
imperfectamente por el término autismo.
A
diferencia de los pacientes psiquiátricos, los niños con autismo no presentan
una desintegración de la personalidad. No son psicóticos, en cambio presentan
un mayor o menor grado de psicopatología.
Martin
Egge En Las teorías sobre el autismo y la psicosis infantil. Destaca (p.29) que “En su informe, Asperger
diferencia la psicopatía autista del autismo esquizofrénico, porque en la esquizofrenia
existe “la clausura en la relación entre el yo y el mundo exterior.
Análogamente, la restricción de las relaciones en todos los ámbitos es
determinante también para nuestros niños. En este caso no se trata de niños con
trastorno en el centro de la personalidad, por lo tanto no son psicóticos, sino
solamente más o menos anómalos, psicopáticos” .
“El
intento de Asperger es demostrar que en el centro de esta anomalía hay “una
perturbación de las relaciones vivas con el mundo circundante, un trastorno que
explica todas las otras anomalías”.
Por
otra parte el trastorno de contacto
es justamente el quid que conduce
al sujeto a tomar distancia de las cosas concretas, lo cual es la premisa de la
abstracción necesaria para la elaboración conceptual”
Las críticas de la comunidad médica de la época no tardaron en llegar.
Entre otras cosas se le acusó de basar sus estudios sólo en esos cuatro casos,
restándole así credibilidad científica, lo que fue refutado por el profesor
Günter Krämer, de Zurich, quien certificó que el trabajo de Asperger se basó en
investigaciones sobre más de más de 400 individuos.
Jean Claude Maleval señala en su articulo “De la
psicosis precocísima al espectro de autismo” como justo un
año después de la muerte del médico austriaco 1980 fue la psiquiatra inglesa
Lorna Wing, la primera persona quien reactualiza el trabajo de 1944 y utiliza
el término síndrome de Asperger, al publicar el trabajo El
síndrome de Asperger: un relato clínico en la revista Psychological
Medicine. Haciendo una recensión de los trabajos anteriores y una
propuesta para definir el síndrome de Asperger.
Lo
ilustra con treinta y cuatro casos, algunos de los cuales muestra un pasaje
progresivo desde el autismo infantil hasta la patología descrita por Asperger.
Sin embargo, es el importante volumen editado en 1991, Autism and Asperger
síndrome, el que impone el acercamiento entre ambos y
permite que, gracias a su traducción inglesa, llevada a cabo por Uta Frith, se
difunda el artículo difícilmente accesible de Asperger.
Lorna Wing afirma: “El argumento más demostrativo
a favor de la existencia de un continuum que se despliega sin forzamientos
desde el autismo de Kanner hasta el síndrome de Asperger proviene de un
material clínico de acuerdo con el cual un mismo individuo, indudablemente
autista en sus primeros años, hizo progresos que lo condujeron en la
adolescencia a desarrollar todas las características del síndrome de Asperger”.
Recién en 1994 la Asociación Estadounidense de
Psiquiatría reconoció formalmente esta discapacidad como una subcategoría
definida dentro de los trastornos generalizados del desarrollo, publicando
estos criterios clínicos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos
Mentales (DSM-IV).
Época
debate Ana Freud- Melanie Klein
Conviene tener en cuenta y
en paralelo, en este periodo histórico de los cuarenta el debate entre Ana
Freud y Melanie Klein alrededor del psicoanálisis con niños y por otra parte,
la lectura de Lacan respecto a qué psiquiatría se desarrollaba en la época, en
especial su texto “la psiquiatría Inglesa y la guerra” para nuestros fines investigativos del grupo.
También el momento histórico mundial, post segunda guerra mundial. (*)
Del rasgo autista de Bleuler a la psicopatías autistas de Asperger
Respecto al nombre y concepto de autismo considero coyuntural tener
presente que este vino a desplazar al concepto de autoerotismo desarrollado por
Freud en su teoría psicosexual planteada en “Tres ensayos sobre teoría
sexual”,
trabajo que tanto Carl Jung como Eugen Bleuler mostraron siempre sus reparos en
aplicar para las psicosis.
Eugen Bleuler, designó así uno de los síntomas más específicos de la
esquizofrenia, significando que los esquizofrénicos pierden el contacto con el
mundo real, no se preocupan del mundo exterior, acusan deficiencias de
iniciativa, ausencia de finalidad concreta, ceguera para muchos factores de la
realidad, confusión mental, actitudes repentinas y manías; a todo ello se añade
la falta de motivación exterior suficiente para muchos de sus actos, así como
para su actitud general ante la vida, deficiencias tanto en la intensidad como
en el alcance de la atención y la concentración, terquedad caprichosa, deseo
simultáneo de algo y de su contrario, acciones compulsivas, automatismos,
ejecución automática de órdenes recibidas, y otros fenómenos semejantes.
En los esquizofrénicos se
encuentran todas esas peculiaridades sumamente marcadas, es decir, como
síntomas psicopáticos, haciendo que tales individuos sean absolutamente
intratables e imposibles de influir. Pero ya en el tipo de niños psicópatas que
describe se encuentran todos esos rasgos con la misma tonalidad característica,
aún cuando en grado mucho menor. Tales niños no están perturbados en el núcleo
mismo de su personalidad, por lo que, aunque con dificultades, son
influenciables y educables. Más también en su caso, el trastorno fundamental
arroja una luz muy significativa sobre todas las manifestaciones de la
personalidad y explica no sólo las dificultades, sino también los éxitos y los
fracasos del autista.
Si uno ha tenido ocasión de observar las manifestaciones
características de ese tipo, podrá advertirlas, aunque en formas leves, en
muchos niños.
II. Psicopatía Autista de la
Infancia
La descripción del síndrome de Asperger se realizó
por primera vez en la siguiente publicación:
Asperger, H (1944). Die Autistischen Psychopathen”
im Kindesalter. Archiv. für Psychiatrie und Nervenkrankheiten, (European Archives of
Psychiatry and Clinical Neuroscience 1944; 117(1):76–136.
En su estudio
Asperger señala que los niños que presenta tienen en común una alteración fundamental que se manifiesta en su aspecto físico, las funciones expresivas
y en toda su conducta
Justifica su
elección de hablar del autismo
en un esfuerzo por definir el trastorno básico que
genera la estructura de la personalidad anormal de los niños que estudio.
Señalando sus
antecedentes en el concepto de autismo utilizado por Bleuler en su estudio de las esquizofrenias.
Singularizando que el autismo en el
sentido de Joseph Bleuler se refiere a
una alteración fundamental de
contacto que se manifiesta en una
forma extrema en pacientes esquizofrénicos.
Destaca sobre el
acuñamiento del nombre autismo elegido por Bleuler, como sin duda una de las grandes creaciones lingüísticas y conceptuales en la nomenclatura médica.
En este punto
conviene detenernos en la discusión entre Freud y Bleuler a propósito del
autoerotismo y la teoría psicosexual a la que se opondría tanto Bleuler como
Jung particularmente en lo referido al campo de las psicosis.(**)
Uta Frith comentara
que lo así llamado por Asperger como psicopatías autistas podría haber sido
también llamado trastorno de personalidad autista o autismo para ponerlo en consonancia con la
época en que hace su traducción, (1991).
En
su artículo describe a
cuatro niños, entre seis y once años, quienes presentaban entre otros rasgos
comunes:
Situó la aparición de los síntomas entre los dos y
tres años de edad o en ocasiones a una edad más avanzada y observó mayor
proporción de varones que de mujeres. Asperger también se refería a ellos como
los pequeños profesores, por su capacidad de hablar sobre su tema favorito con
gran detalle y profundidad.
El desarrollo lingüístico
del niño (gramática y sintaxis) es fluido pero extenso, literal y pedante y con
frecuencia avanzado, utilizando monólogos o conversaciones unilaterales
mostrando deficiencias graves con respecto a la comunicación pragmática o uso
social del lenguaje.
Una
dificultad en la interacción social, pese a su aparente adecuación
cognitiva y verbal con una carencia de empatía, poca capacidad para establecer
amistades.
Un
nivel cognitivo comprometido y dirigido a algún tipo de habilidades en
específico con estrategias cognitivas sofisticadas y pensamientos originales,
con dificultades en el proceso de otros aprendizajes.
Relaciones
peculiares que puede desembocar en francas reacciones de explosiones agresivas.
Sus juegos son repetitivos y
carecen de significación simbólica. Desarrollo de comportamientos repetitivos e
intereses obsesivos de naturaleza idiosincrásica.
Movimientos
corporales torpes y estereotipias muy determinadas.
Pronóstico positivo con
posibilidades altas de integración en la sociedad.
El doctor Asperger estaba convencido de que muchos de estos menores
utilizarían sus talentos especiales en la edad adulta, por lo que siguió por
años a uno de sus pacientes (Fritz V.), quién se convirtió en profesor de la
astronomía, logrando resolver un error en el trabajo de Newton, que había
descubierto cuando era niño. Precisamente esta perspectiva positiva de la
patología es lo que distingue su descripción de autismo, de la que había
desarrollado Leo Kanner en 1943.
Asperger
partía de la premisa de que, pese a las importantes dificultades que generaban,
estos niños tenían capacidad de adaptación si se les proporcionaba una
orientación psicopedagógica adecuada. Por ello siguió desarrollando su trabajo
en el ámbito de la Pedagogía Curativa, estrategia terapéutica que integra
técnicas de educación especial en la práctica médica, sustentando todo ello en
el trabajo de un equipo multidisciplinario formado por médicos, personal de
enfermería, educadores y terapeutas.
Asperger destaca una serie de problemas
que, aún hoy en día, se presentan como interrogaciones en el campo pedagógico,
terapéutico y de interacción social de las psicopatías autísticas:
-
Parece que pueden adquirir habilidades, pero no consiguen operativizar de forma
adecuada dichos aprendizajes, salvo que exista una orientación y supervisión
cercanas.
-
Los problemas del comportamiento, que pueden oscilar entre aislamiento más
relevante hasta una agresividad franca como explosiones ante mínimos estímulos.
-
La dificultad del diagnóstico diferencial, que lo sitúa en una difícil
categorización clínica, al ser claramente diferente de la esquizofrenia (por no
tener alucinaciones ni delirio), del autismo (por poseer lenguaje y ser “más
inteligentes”), de la psicopatía (porque las alteraciones comportamentales no
son constantes).
“Participa
este cuadro de Psicopatía Autística de características descritas en los
Esquizotímicos de Kretschmer, de las formas desintegrativas de E.R. Jaensch,
del Arquetipo Introvertido de Jung, podrían ser una clínica autística, pero
sería “Autismo inteligente” (hoy día se les denomina como “autismo de alto
rendimiento”).
Ernest K
Ernest
K, fue uno de los cuatro chicos junto con Harros L, Fritz V, y Hellmuth L. A
quienes el psiquiatra vienes estudiaría y presentaría como muestra de la
clínica de las psicopatías autistas.
Tiene
7 años y medio cuando es derivado del colegio por problemas de conducta y
problemas de aprendizaje.
Los
puntos que destaca Asperger del historial familiar son que tuvo un nacimiento y
desarrollo físico normal. Fue hijo único. Comenzó tarde ha hablar (al año y
medio fueron sus primeras palabras).
Por
un largo tiempo tuvo dificultades en el habla (tartamudez). A sus 7 años y
medio su habla es excepcionalmente buena, habla “como un adulto”.
Reportan
una infancia difícil, no prestando atención ni su a indulgente madre ni su a
estricto padre. Señalan que no fue incapaz de realizar cualquier pedido dentro
de su cotidianidad. Su madre cree que fue por causa de su torpeza y su falta de
sentido práctico, pues tenía más dificultades que los otros chicos. Por ejemplo
tenía dificultades en vestirse solo, precisando de ayuda denotaba una cierta
holgazanería que eternizaba cualquier pedido o realizaba muchos errores.
Aprendió a comer por si mismo sin embargo de un modo desordenado. Su madre
señala también que en ocasiones era muy travieso y no hacía lo que se le ordenaba.
Nunca
fue capaz de estar con los otros chicos, fue imposible llevarlo a parque, pues
cuando se lo llevaba, al instante acababa embrollándose en peleas con los otros
chicos.
Aparentemente
el pegaba o insultaba a los otros chicos indiscriminadamente. Lo que causo
muchos problemas también a la hora de iniciar la escolaridad. Actuaba como un
objeto de burla para su clase y se burlaban sin piedad. Y contrariamente a
mantenerse alejado de los otros niños se comportaba como un alborotador. En
ocasiones él pellizcaba o hacía cosquillas a otros chicos o les apuñalaba con
un lápiz. Le gustaba mucho contar historias fantásticas en las cuales el
siempre aparecía como un héroe. Contándole a su madre como lo habían alabado en
clase y otras historias similares.
El
reporte de derivación señalaba lo difícil que se les hacía el saber cuan
brillante era. Antes de entrar al colegio todo el mundo estaba convencido
de que iba a aprender muy bien, ya que él siempre
estaba haciendo una observación inteligente
y observaciones originales.
Además por él mismo había
aprendido a contar hasta 20 y se sabía el nombre de varias letras. En la
escuela sin embargo fracaso miserablemente él se las arregló
para pasar al primer nivel (erróneamente,
como hemos tenido motivos para observar
más adelante), pero ahora, en el segundo nivel, de acuerdo con el profesor, él no
estaba actuando adecuadamente en lugar
de escuchar y responder cuando
sea apropiado, constantemente discutido con el profesor sobre la forma de mantener su bolígrafo.
Según el informe, tenía una
fuerte tendencia a discutir con
todos y para reprenderlos. Él era
“muy preciso”: algunas cosas siempre debían estar en el mismo lugar y ciertos
eventos siempre debían ocurrir de la misma manera, o hacía una gran escena.
Tenía algunas interesantes
contradicciones: en cierta manera él era particularmente sucio y podía no tener
orden en usar algo, pero en otras ocasiones era pedante hasta la obsesión.
Historia Familiar
Del padre se lo conocía como
nervioso e irritable. Era ayudante de sastre. El era claramente excéntrico y
solitario.
Asperger aprecia que a la madre
no le gustaba hablar de las circunstancias domesticas y valora que quizás la
madre no era muy feliz por las dificultades de carácter de su marido.
La describe como una madre
brillante y extremadamente buena mujer cuya vida no había sido nada fácil. Ella
se quejaba de nerviosismo y dolores de cabeza, de ser muy sensible y el que se
encontraba en una difícil situación por los cuidados de su hijo y por solo ser
su hijo su único interés, por razones que Asperger lee obvias.
Del resto de la familia se la
describe como sin peculiaridad y el haber dado la información con reticencia.
Apariencia y comportamiento
Ernest era un chico alto, dos
centímetros por encima de la media, delgado y delicado. Su postura era
descuidada con los hombros caídos. Su rostro era apuesto, con rasgos finamente
cincelados, estropeado solo por sus orejas deformes. Él era particularmente
vaso-lábil, pasaba de la vergüenza a la excitación, de pecas finamente
delineadas y se le manifestaba el sudor en su nariz.
Su mirada, muy característica,
hacía lo lejos y desenfocada, daba la apariencia de “haber caído del cielo”. Su
voz encajaba con esta mirada desenfocada, era alta y ligeramente nasal y
prolongada, más o menos como una caricatura de un degenerado aristócrata (como
por ejemplo la del inmortal Graf Bobby)
No
era sólo su voz sino su discurso que daba la impresión de rayar con lo
caricaturesco. Ernst hablaba sin parar independiente de las preguntas que se le
hacían. Todo lo que hacía era acompañado con explicaciones elaboradas. El
constantemente justificaba su manera particular de hacer. El tenía que decir a
los demás también lo que llamó su atención independientemente de ser pertinente
o no con la situación.
Por
su dicción se le consideraba muy adulto así como por la observación que
prestaba, en contraste sus habilidades prácticas eran muy insuficientes. Podía
recitar en detalle todas que hacía al levantarse y vestirse por la mañana, pero
en realidad siempre olvidaba o confundía las cosas. Mientras que él podía
recitar la teoría, en un nivel práctico su inadecuación era más que evidente.
En
un grupo que tenían como consigna seguir una orden en común, se comporto
increíblemente mal, especialmente en la lección de PE. Ernest siempre estaba
fuera del grupo. Esto no sólo porque era torpe desde
el punto de vista motor, si no sobre
todo, porque no tenía noción
de la disciplina o cómo pedir. Era un
fastidio cuando se quejaba o se hería. Tanto como cuando empezaba hablar
despreocupadamente: “o sí, ya lo tengo, ya lo sabía”.
Al final de su estancia en la
sala, seguía siendo un desconocido, caminando entre los otros niños sin poder
participar adecuadamente en sus juegos. A lo sumo podía iniciar una
conversación con uno de ellos pero de repente iniciaba una lucha furiosa sin
razón aparente o porque alguien le había molestado por supuesto, él era el
blanco perfecto para las burlas,
de hecho, su actitud entera estaba diseñada
para provocar burlas. Él era
un muchacho rencoroso,
que pellizcaba y empujaba
a los otros niños arruinaba secretamente sus juegos. Cuando los niños más pequeños o los profesores se molestaban por esto,
él sólo se
incentivaba a realizar más travesuras.
Él se hizo la vida difícil por su
torpeza y el sin fin de vacilaciones. Si algo era sólo un poco diferente de la
manera que él lo había imaginado o de lo que estaba acostumbrado, él se
molestaba y confundido realizaba largas disputas. Era muy complicado para los
profesores poner un alto a estas disputas. Él también se torturaba con su
obsesiva pedantería. Por ejemplo él quería un suéter para navidad, pero este
deseo no se pudo conceder en vez se le dio una camisa particularmente agradable
y unos juguetes. Se puso inconsolable por esta incorrección. Ni siquiera miró
los otros presentes y no estuvo contento durante todo el periodo de las
navidades.
En
una de las pruebas de capacidades se opto por utilizar el método de la palabra
completa, dejando fuera la fonación,
como un experimento cuando le enseñaban. Sin embargo, cuando
tuvo que leer y escribir palabras
de esta manera, esto también resultó extremadamente lento
y tedioso. Además de sus dificultades específicas de aprendizaje,
había, por supuesto, con las dificultades
generales de aprendizaje que
resultaron de su perturbación
contacto. Sin embargo, fue
posible demostrar que el niño había
hecho algunos progresos. El esfuerzo personal del profesor fue
inmenso. Desde luego debería ser enseñado de forma individual, ya que era imposible
llevarlo a concentrarse en un trabajo
en un grupo.
Esto produjo un cambio de colegio
de uno ordinario a uno especial hasta el momento que la madre considero era una
degradación para el niño y lo cambio de nuevo de colegio.
Era muy difícil decidir si Ernest era particularmente capaz o retrasadomental, pues existen numerosas
personas con retraso inequívocamente que muestran las típicas características inconfundibles de una psicopatía
autista: la perturbación de
contacto, con los fenómenos
típicos expresivas en términos de
mirada, voz, mímica, el gesto y el movimiento, las dificultades disciplinarias, la malicia,
pedanterías y los
estereotipos, el autómata como la
naturaleza de toda la personalidad, la falta de capacidad de aprender(adquirir automatismos programados).
Algunos
aportes del trabajo de Asperger en la incidencia psicoanalítica del tratamiento
del sujeto autista.
- Maleval
destaca en su artículo ¿qué tratamiento para el sujeto autista? La resonancia de una línea paradigmática que destaca
Lacan para el tratamiento del sujeto autista “si no consiguen oír lo que
ustedes tienen que decirles, es en tanto que se ocupan de ellos” allí donde
Asperger decía que aconsejaba, hablar sin aproximarse personalmente, con calma
y sin emoción, afectando una pasión apagada. (p.223) En “el autista y su voz”.
“si
les damos consignas de forma automática y estereotipada, con una voz monocorde,
como ellos mismos hablan, tenemos la impresión de que deben obedecer, sin
posibilidad de oponerse a la orden (p.216)
“así
no solo el mensaje también puede llegarles, como en eco, sino que además son
particularmente receptivos a él. La sugestión siempre inherente a la palabra
del otro toma entonces un peso acentuado, sin duda porque la ausencia de
división en la escucha entre el enunciado y la enunciación no le permite al
autista interrogarse sobre el deseo del Otro, de tal manera que entonces el
mensaje puede ser recibido, de acuerdo con la expresión de Asperger, como una
ley objetiva impersonal. (p.217).
- Asperger
ya destacó la importancia del fallo en el anudamiento entre el goce y el
lenguaje, que se encuentra en el origen del autismo, cuando advirtió que el
saber de tales sujetos se desarrolla dentro de un vacío emocional. “esas
personas son, si lo expresamos crudamente, autómatas de la inteligencia. En
ellas la adaptación social se produce a través de la inteligencia. Hay que
explicárselo todo, enumerarlo todo (lo cual sería un error grave en la
educación de los niños normales); tienen que aprender las tareas diarias como
los deberes de la escuela y ejecutarlas sistemáticamente. (p.191) (p.167-168)
-
(ver. P.41 “De la psicosis
precocísima al espectro de autismo” en este punto de la hipertrofia
compensatoria Maleval relaciona los trabajos de Bettelheim con los de Asperger)
La
hipertrofia compensatoria de los
autistas de Asperger se desarrolla a partir del retorno del goce al borde
autístico, apoyándose en tres formaciones que le son inherentes. Su
interdependencia no siempre permite distinguirlas claramente: el objeto es un
doble, que con frecuencia se concretiza; el objeto se desarrolla asociándose a
islotes de competencia; el Otro de síntesis nace, mediante la ecolalia
retardada, de las palabras del doble. La salida del repliegue sobre sí mismo
para orientarse hacia la autonomía pasa necesariamente por una utilización de
los elementos del borde autístico, no ya por un sellado de la frontera entre el
mundo securizado y el caos exterior, sino por la búsqueda de un ordenamiento y
una pacificación de ciertos campos de este último. (p.195) en “El retorno
del goce al borde autístico”. (p.154)
Los
trabajos de Asperger, basados en una muestra amplia de más de 200 niños a lo
largo de más de 10 años, nunca menciona la presencia de alucinaciones en estos
niños. Si introduce la noción de psicopatía para designar su tipo clínico, es
precisamente porque quiere diferenciarlos de la esquizofrenia. Y afirma no
haber observado más que una sola vez la evolución hacia la psicosis: En todos
los otros casos, algunos de los cuales han sido seguidos durante 20 años, no ha
habido esta alteración de la psicopatía hacia una verdadera psicosis. Y no
menciona ni una sola vez el término alucinación. (p.198) En “Oyen muchas
cosas, pero… ¿Alucinan?
- También
señalaba que los sujetos autistas reaccionaban favorablemente si se les presentaban
las órdenes no como personales, sino como una ley objetiva impersonal. En
cuanto la realidad ésta estructurada, les parece menos peligrosa y más
habitable. Todos ellos están a la espera, como Williams, de reglas absolutas.
(p.242)
- Dedicarse
al mantenimiento de su soledad separándose del Otro, a menudo mediante objetos
sobreinvestidos, y trabajar por la inmutabilidad de su entorno aferrándose al
mantenimiento de referencias fijas: tales son, en efecto, según Kanner y
Asperger hacen una continuidad
entre los dos cuadros descritos por ellos. (p.86) En “Más bien verbosos, Los
autistas”
De
entrada, Asperger constata que en ello reside lo esencial: carecen ante todo de
armonía entre el afecto y el intelecto. (p.84)
La
existencia de una estructura autística parece desprenderse de la constatación
de un espectro clínico. Asperger escribe: “La persistencia en el tiempo de la
personalidad autística tipo constituye un índice crucial que demuestra que se
trata de una entidad natural. A partir del segundo año de vida, se encuentran
ya rasgos característicos que permanecen claros y constantes a lo largo de la
vida entera. Por supuesto, la inteligencia y la personalidad se desarrollan, y
a lo largo de esta evolución algunos rasgos se afirman o retroceden, de tal
modo que los problemas que se presentan varían considerablemente.
Pero
los aspectos esenciales de tales problemas se mantienen inalterados. En la
infancia temprana, los autistas tienen dificultades para la adquisición de
competencias simples en el dominio de la vida práctica y la adaptación social.
Estas dificultades provienen de un mismo trastorno que provoca, en la edad
escolar, problemas de aprendizaje y de comportamiento, en la adolescencia,
problemas relativos al trabajo y a las competencias, luego en la edad adulta,
conflictos sociales y conyugales. Así, aparte de su sintomatología propia, lo
que hace del autismo una entidad particularmente reconocible en su constancia”
(p.65) En “De la psicosis precocísima al espectro de autismo”.
Donna
se autodefine como autista High functioning, pero no cree estar afectada por el síndrome de
Asperger. En un añadido a su autobiografía que se encuentra en otro libro (il mio e loro autismo), habla de su marido Paul, con quien vive desde hace
tres años y al que considera un Asperger (p.231 en De parte de los autistas)
Referencias
Asperger, H (1944). Die Autistischen Psychopathen” im Kindesalter. Archiv.
für Psychiatrie und Nervenkrankheiten, (European Archives of Psychiatry and
Clinical Neuroscience
1944; 117(1):76–136.
Asperger, H. Pedagogía Curativa: Introducción a
la Psicopatología infantil para uso de médicos, maestros, psicólogos, jueces y
asistentas sociales. Fecha de la 1ª edición: Viena, Abril de 1952. Barcelona.
Editorial Luís Miracle, 1966. (Disponible en Internet)
Egge Martin. El tratamiento del niño autista 2008. (p.28), (p.231)
Editorial Gredos.
(*) Fendrik Silvia. Psicoanalistas de niños. La verdadera historia.
1. Melanie Klein y Anna Freud. Editorial Letra viva 2004. “En cuanto a los
contenidos de las oposiciones binarias, tenemos: del lado de M.K, la
transferencia desde el inicio del análisis, del lado de A.F, un niño incapaz de
transferencia. M.K se dirige al inconsciente, A.F se dirige al yo. M.K habla de
un superyó arcaico, A.F habla de un superyó heredero del complejo de Edipo. M.K
equipara el juego a la asociación libre, A.F dice que no hay asociación libre.
Sin olvidar la oposición de base: psicoanálisis puro/ psicoanálisis aplicado”. (p.66)
Laurent Eric. La Bataille de l´Autisme. De la clinique à la
politique. Navarin.
Le Champ Freudien 2012. (p.19).
(**)Makari George. Revolución en mente. La creación del
psicoanálisis. Sexto
Piso Editores 2012. “..Jung informó a Freud de que Bleuler había rechazado el
concepto de autoerotismo y que desarrollaría su propio concepto rival de autismo en el manual de
Aschaffenburg. [..] El hombre que había hecho de la demencia praecox un elogio a la teoría de
Freud estaba bailando con el enemigo” (p.280).
“En el otoño de 1911, publico Dementia praecox: el grupo de las
esquizofrenias..Una buena parte de la teoría de Bleuler contenía remanentes de
sus debates con Freud. Por ejemplo Llamó al aislamiento psicótico interior
autismo, la versión desexualizada de Bleuler del autoerotismo de Freud. La
ambivalencia esquizofrénica estaba basada en la teoría de sentimientos
contrarios pero simultáneos que Bleuler desarrolló mientras discutía con su
colega vienés. También tomó prestado aspectos de la psicopatología francesa
para retratar a los esquizofrénicos como personas con asociaciones mentales
escindidas.” (p.334)
“Jung reiteró las anteriores críticas de Bleuler y estuvo de acuerdo
con su antiguo jefe en que el autismo esquizofrénico no podía ser reducido al
autoerotismo. La libido, explicó Jung, debía ser definida de forma más general
como la Voluntad de Schopenhauer, era una lucha interna” (p.363)
Maleval Jean Claude. El
autista y su voz. Gredos 2011. (p.22),
(p.60), (p.65), (p.191), (p.223): “De la psicosis precocísima al
espectro de autismo”; “Oyen
muchas cosas, pero… ¿Alucinan? ;
“Más bien verbosos, Los autistas”; “El
retorno del goce al borde autístico” ; “¿qué tratamiento para el sujeto
autista?”
Uta Frith, Autism and Asperger Syndrome. Cambridge University, 1991.
Chapther 2. “Autistic psychopathy“ in childhood. Hans Asperger. Translated
and annotated by Uta Frith.
Uta Frith, Autismo Hacia una explicación del enigma. Alianza editores, 2006.
Paloma Baytelman. 20 de
noviembre de 2006 (MundoMedico)