Presentación del Libro “El autista y su voz”
de Jean-Claude Maleval. 23 de noviembre de 2012 en
el Ateneu Barcelonés.
Enric Berenguer: Bien, empezar diciendo por qué decidí proponer que
este libro se publicara en España, que en su momento se lo propuse a Vicente
Palomera dentro del proyecto de colaboración con la editorial Gredos.
La cuestión es que realmente este
libro, con el que no tropecé por casualidad, ya que de alguna manera seguía con
interés los trabajos de Jean Claude Maleval, fue para mi un descubrimiento. Y
fue un descubrimiento también a posteriori porque yo hacia muchos años había
leído otro libro, que no es de Jean Claude Maleval, que es el libro de Donna
Williams, Nobody Nowhere, que no recuerdo con qué titulo está traducido al
español, y que se trata del testimonio de un caso que realmente me dejó
pasmado, en el que entendí que había ahí algo de una importancia fundamental
para el psicoanálisis, pero al mismo tiempo en aquella época me faltaban
elementos conceptuales para entender de que se trataba. Sin embargo, tenia la
sensación de que aquello era una especie de mina que algún día había que
explotar, que era una clínica muy extraña, muy compleja, en su primera
impresión, y que, como antes comentábamos con Jean Claude Maleval, padecía de una
extraña esquizofrenia, pero a la vez había elementos que salían de ese
paradigma clínico.
En este punto, lo que el libro de
Jean Claude Maleval me aportó, fue poder entender que verdaderamente no
habíamos prestado la suficiente atención a una serie de monografías entre las
cuales se encuentra la de Donna Williams, testimonios que verdaderamente estaban esperando ahí para que de
alguna manera se pudiera aplicar toda una serie de elementos conceptuales que
nos habían sido enseñados desde hacia tiempo por Rosine y Robert Lefort. Los
Lefort ya habían planteado toda una serie de cuestiones fundamentales sobre la
cuestión del autismo. Por supuesto también la ultima enseñanza de Jacques
Lacan, que plantea una perspectiva absolutamente diferente de la que estamos
acostumbrados sobre la psicosis, y también un concepto introducido ya hace más
de veinte años o bastante más, no recuerdo la fecha, a pesar de haber estado
allí por casualidad, en Toulouse, cuando Eric Laurent introdujo por primera vez
la noción de la especificidad del autismo en relación a la idea del retorno de
un goce a un borde.
Pero si bien este era un concepto
que yo también veía que estaba cargado de potencialidades, hacía falta
aplicarlo, y efectivamente en el libro de Jean Claude Maleval encuentro estas
tres cosas impresionantes, que permite hacer una lectura fructífera que es
verdaderamente una cornucopia del caso de Donna Williams, retomar lo esencial
en la transmisión sobre el autismo de Rosine y Robert Lefort, y que permite dar
un contenido y un desarrollo preciso al concepto de Eric laurent del retorno
del goce a un borde, como única forma real, que es mucho decir, de poder
establecer una diferencia fundada, entre la esquizofrenia y el autismo. Porque
hay que decir que sin eso no se encuentra, no se puede entender, la diferencia
entre el autismo y la esquizofrenia.
Entonces, este trípode: Rosine
Lefort y Robert lefort, las monografías de los autistas, y el concepto
introducido por Eric Laurent, trabajado de una manera cuidadosa, precisa, muy
rica, llena de referencias clínicas por Jean Claude Maleval, hacen de este
libro algo único. Y he de decir que desde que este libro fue publicado, ha sido
un libro muy usado, muy trabajado. Por eso hay algo aquí interesante en esta
presentación, es verdad, se presenta después de un año de ser publicado,
aproximadamente, pero por qué, porque este libro desde que se publicó ha ido
demostrando su utilidad, ha ido demostrando que, las personas que tienen una
experiencia clínica con el autismo, realmente empiezan a poder entender toda
una serie de fenómenos, de detalles sutiles, que ellos sabían que eran
cruciales pero que les faltaban una serie de elementos para desarrollarlos. Por
eso este libro se presenta ahora, porque en realidad, cada vez más nos damos cuenta,
de la importancia de ese trabajo.
Entonces claro, cuando me comentó
Josep Maria Panes, que se le iba a dedicar la Jornada de la ACAP al tema del
autismo, dije, “bueno, realmente sí, ¡mira!, no se suele hacer, presentar un
libro al cabo de tanto tiempo ¿verdad?, pues hay excepciones”. En este caso se
trata de una excepción, porque este libro, en efecto ha ido cada vez más
demostrando su utilidad y en lo que más nos importa, que es, ayudar a niños
concretos. Porque de eso se trata, que no es una simple entelequia, no se trata
de una categoría del DSM-IV o V, se trata de una clínica sutil, en la cual lo
que esta en juego es la singularidad más absoluta, un caso por caso que hace
que verdaderamente cada uno de estos niños sea único, y que precisamente por
ese carácter único, necesitamos unas referencias teóricas muy precisas para no
perdernos.
Entonces creo que esta obra de
J-C Maleval, verdaderamente, es una cornucopia porque nos permite situar, con
una seguridad, toda una serie de elementos fundamentales que por ejemplo,
encontramos en la relación compleja, de estos sujetos, con el lenguaje. En este
punto Maleval retoma de una manera precisa y detallada, elementos y expresiones
que se van repitiendo, pasando de mano en mano, y desgastándose por el uso. Por
ejemplo se decía mucho: “los niños autistas, son los niños del uno solo”, pero
a la hora de poder ver en realidad, concretamente, cuál es esta relación con el
lenguaje, con lo que seria el significante aislado, faltaban verdaderamente,
herramientas concretas y precisas para distinguir la clínica del Uno, en la
psicosis, que también existe -la clínica del significante es fundamental en la
psicosis-, y otra clínica de un Uno completamente distinto, que es el Uno del
autismo, y Maleval de una forma, creo valiente y honesta, desarrolla una
teoría, que nos permite entender algunas particularidades, a veces
desconcertantes, de cómo algunos de estos niños se introducen en el lenguaje
por la vía de lo que siguiendo su contribución, le llamaría la vía del síntoma.
En otro orden de cosas, Maleval
también aborda una cuestión fundamental que desde los años cincuenta, sesenta
venia atormentando a los psicoanalistas, que es la enorme complejidad de la
clínica del objeto en el autismo, algo sobre lo que ya había habido las
aportaciones por ejemplo de Tustin y que también sabíamos que de alguna manera
había ahí una especie de fenómenos que era preciso estudiar en detalle, para
poder por ejemplo como hace maleval, diferenciar a un nivel muy preciso, lo que
es un objeto transicional de lo que es un objeto autístico. Y en efecto, una de
las contribuciones impresionantes es cómo Maleval demuestra de una forma muy
concreta la diferencia entre el funcionamiento de un objeto transicional y un
objeto autista, permitiéndonos así de repente entender una serie de cosas,
enormemente complejas y diversas, en la relación de los niños autistas con
ciertos objetos privilegiados. Algo verdaderamente que hay que leer porque son
nociones digamos, que hemos usado de una forma intuitiva, pero que cuesta ver
verdaderamente el papel negro sobre blanco, con la lógica que nos aporta
Maleval se puede entender de una forma operativa, eficaz, en la clínica.
Y por otra parte ya digamos, en
lo que seria el desarrollo que él hace del concepto de borde autístico
introducido por Laurent hace años, vemos que esa noción se convierte en una
clave para entender toda una serie de fenómenos que a primera vista parecen
desprovistos de toda lógica, en los niños autistas, pero que justamente a
partir de ese concepto se ordenan de una forma completamente lógica.
Demostrando que la idea, la noción tustiniana de autismo encapsulado era una
trampa, porque imaginarizaba el borde en el que el sujeto autístico estaba
encerrado. Esa idea del encapsulamiento no permitía descubrir la porosidad, la
complejidad, las capacidades evolutivas y de transformación que se encuentran
en esa estructura misma del borde. Esto es crucial, porque si nosotros vemos a
un niño autista como encapsulado, lo vamos a condenar a seguir en su cápsula.
Pero si sabemos que el borde es la estructura, que contiene también sus
porosidades, sus complejidades, que se puede desplazar, y que puede pasar de lo
que seria un funcionamiento aparentemente limitado a lo que seria en el
espacio, en el objeto, a ser algo que también pasa de dimensión en una
elaboración de saber, entonces entendemos, que sin una discontinuidad, sin
ruptura, el sujeto autista puede ensanchar su mundo hasta limites que a veces
nos sorprenden.
Bien, quizá, debería añadir otro
elemento también, que puede que no se refiera a una noción, que no tiene como
decíamos en una conversación previa con Jean Claude, la universalidad, en el
sentido de que no es tan evidente en todos los casos, pero que pienso que
también puede ser crucial, porque, en algunos de los casos de niños que
tratamos, también puede ser un concepto que nos permita operaciones concretas
en la clínica, la capacidad para poder entender ciertos fenómenos, y convertir
ciertas operaciones del niño en algo que sea verdaderamente auto-terapéutico,
es decir que, nos permiten desarrollar todas las potencialidades del propio
funcionamiento del sujeto. Se trata de un aspecto que también esta muy
desarrollado en el libro de Maleval, que podríamos llamar de forma resumida, la
problemática del estadío del espejo en el autismo. Y en este apartado de su
libro, Maleval nos muestra que detrás de la engañosa ausencia absoluta de lo
imaginario en ciertos casos, se esconde también la posibilidad de un trabajo
que permite a veces a través de vías complejas y muy prolongadas, una cierta
subjetivación del cuerpo que introduce una cierta función de un yo ideal de
suplencia, que en muchos casos de autismo va a permitir producir verdaderamente
un cambio sustancial en la relación del sujeto, primero a través del doble
imaginario, como ya habían planteado los Lefort, y a través de ahí
transformando también su relación con el otro, para producir cierta posibilidad
de un vinculo social. Se trata de un trabajo sobre la función del doble que nos
lleva a una reconsideración de la problemática del estadio del espejo, pero que
insisto, contiene la clave de algo que va mas allá, en la medida en que se
puede convertir en un elemento fundamental de subjetivacion en la relación del
sujeto con su cuerpo y de alguna manera también es un elemento que vemos que
tiene mucha importancia, en la medida en que nos puede orientar en toda una
serie de fenómenos muy raros y complejos que en efecto tienen una presencia
constante en esta clínica.
Bien, hay muchas más cosas, no me
voy a extender más, creo que con esto ya les he dado un cierto catálogo de los
que serian los enormes recursos que todos ustedes pueden encontrar para abordar
esta clínica compleja, en un momento en el que verdaderamente necesitamos el
suplemento, porque hay que decir y lo voy a decir de una forma muy resumida,
que el autista es de alguna manera, estaba pensando cual seria la palabra -cuando se secuestra a alguien es un
hotage-, ¡un rehén! ¡sí!, el autista es el rehén real del discurso de la
ciencia en el cuerpo. Dicho discurso intenta verificar una nueva versión actual
del hombre máquina, el hombre maquina del siglo XVIII es actualmente un hombre
neurológico, neural, y se convoca al autista verdaderamente para que se
convierta en el esclavo ideal y demuestre esta nueva versión del hombre. Así
que luchando por el reconocimiento del sujeto en el autismo, también estamos
luchando contra esta ideología que es una forma actual de barbarie, que nos
afecta a todos.
Jean-Claude Maleval: No es fácil resumir después de estas dos
presentaciones que ilustran el trabajo, difícilmente contradecirlos.
Enric Berenguer: pero sin embargo, usted puede...
Jean-Claude Maleval: Sin duda mi trabajo produce una nueva práctica con
los autistas, una nueva práctica en el campo psicoanalítico.
Los psicoanalistas freudianos se
orientan sobretodo en la reconstrucción de una imagen del cuerpo.
En Francia ha habido mucho debate
sobre el tema no sé si también en España. En la técnica del parking, se trata
de darle una especie de traje “húmedo” al autista, se les envuelve en sabanas,
es una técnica que ya se usaba en psiquiatría para los esquizofrénicos, y parte
de la idea de que la imagen del cuerpo es susceptible de ser reconstruida. Pero
normalmente es a través de interpretaciones, que se intenta reconstruir esa
imagen del cuerpo.
En nuestro campo Lacaniano
algunos psicoanalistas apuntan a un trabajo del significante, hemos evocado el
significante Uno solo, el significante congelado. Ha habido muchos trabajos que
han buscado una vía por este lado.
Sin embargo, por otro lado,
Tustin introdujo la cuestión del objeto autístico, insistiendo en el hecho de
que el objeto autístico debía caer a lo largo de la cura.
Estas tres interpretaciones
tuvieron mucha importancia en el campo del psicoanálisis.
Lo que propongo siguiendo la vía
abierta por los Lefort y por Eric Laurent, es más bien apoyarse en el objeto y
en el borde. Precisando que el borde lo entiendo de una manera muy concreta,
para mí el borde se compone de tres elementos que se entrecruzan en los casos
más complicados, pero se disocian quizás en los casos más abordables. El objeto
autístico es uno de los elementos, el doble otro, y el tercero las islas de
competencia, representado en el hecho de que algunos autistas son extremadamente
eruditos en un dominio muy preciso, por ejemplo: los trenes, los coches o en
cosas muy extrañas como los aislantes eléctricos o las mariquitas.
Entonces apoyándonos en ese borde
es como orientamos la cura analítica. Aunque debería subrayar que la cura analítica
es una excepción en el caso de los autistas, mientras la práctica más frecuente
es una práctica institucional. Por ello me apoyo en efecto en los Lefort y en
Eric Laurent, pero también me apoyo en Bettelheim.
Se ha criticado mucho a
Bettelheim, se ha publicado un libro casi insultante hacia él: se le acuso
incluso de tocar a los niños, y cosas así, seguramente de hecho por que sus
resultados eran bastante excepcionales.
Evocamos muchas veces el supuesto
47% de resultados del método ABA. Bettelheim por ejemplo presentaba una tasa de
éxito de un 42% de los autistas que trato y la muestra era de 40 sujetos. Además
su criterio era mucho más elevado que los criterios del método ABA, porque de
este 42% de éxito se trataba de sujetos que habían podido reintegrarse en una
escolaridad normal o bien que habían encontrado un trabajo, mientras que el 47
% de casos de éxito del método ABA son escolarizados pero en escuelas
especiales.
Por supuesto hubo un montón de
criticas al trabajo de Bettelheim que no son todas falsas de hecho, es posible
que sus estadísticas estén un poco hinchadas, pero bastantes niños
testimoniaron qué era lo que sucedía en la escuela de Chicago donde trabajaba
Bettelheim. Hay un caso de un chico que devino universitario y escribió un libro
sobre esa experiencia, lo que da en efecto un peso a las afirmaciones de
Bettelheim. No se invento todo eso.
Insisto en Bettelheim porque la
práctica entre varios inventada por Antonio Di Ciaccia en la Antena 110 de
Bruselas esta de hecho, hay que decirlo muy marcada por los trabajos de
Bettelheim, con diferencias por supuesto.
Di Ciaccia por ejemplo no tenía
aprioris en la manera de trabajar con los padres de los niños. Pero en lo que
se refiere por ejemplo del trabajo a varios que propuso Bettelheim y el que se
lleva acabo en la Antena 110 hay algunos puntos en común.
La diferencia tiene que ver un
poco entre la aproximación freudiana y lacaniana del psicoanálisis. Bettelheim
por ejemplo se presentaba como padre cuando en la práctica entre varios lo que
hay es un vacío central.
La práctica entre varios es
justamente lo que podemos proponer como lo más elaborado de nuestro campo, no
tanto la cura individual como el trabajo entre varios. De hecho no hay cura
individual en la Antena 110 ni en la práctica entre varios, lo que no quiere
decir que sea desaconsejada, la cura se apoya en la demanda del sujeto y para
aquella demanda en el campo de los autistas de Asperger se puede dar, sin embargo en los autistas de Kanner
eso es muy poco habitual.
Una noción fundamental que
introdujo DiCiaccia en la práctica entre varios es la noción de “la dolce
forzatura”, (forzamiento suave). Reprochamos habitualmente a los psicoanalistas
el hecho de esperar la emergencia del deseo, sin hacer nada, cuando los
autistas de alto nivel insisten en que hay un pequeño lado de apatía, que
espera una estimulación.
Este forzamiento suave es lo que
nos diferencia de los métodos de aprendizaje, porque los autistas de alto nivel
esperan este forzamiento de estimulación, pero se quiere que partan de sus
invenciones o de su saber implícito de sus puntos fuertes, lo dicen de maneras
varias. Cuando los métodos de aprendizaje insisten en esta necesidad de
estimular al sujeto, pero a partir del saber del educador y no a partir del
saber del autista.
Muchos de los que trabajan desde
las aproximaciones educativas, se
sorprenden del interés de los psicoanalistas por los testimonios de los
autistas, digamos de Templer Grandin, de
Birgen Sellin, no ven que haya una relación con el psicoanálisis y sin
embargo sólo el psicoanálisis puede concebir que por ejemplo, la trampa para
abrazar (Templer Grandin) pueda consistir en una solución autista, también con
los compañeros imaginarios o una ciudad imaginaria. Son invenciones propias de
los autistas que en algunos casos, algunos educadores han intentado hacer
desaparecer, arrancar como en el caso de la solución de Templer Grandin.
Los métodos de aprendizaje tienen
un saber anticipado sobre lo que es bueno para el sujeto, cuando la
especificidad del psicoanálisis es acoger las invenciones, la sorpresa, lo
singular de cada uno.
Curiosamente los autistas de alto
nivel son en varias ocasiones gente crítica con respecto al psicoanálisis, pero
claro, tienen una concepción del psicoanálisis que no tiene mucho que ver con
aquello de lo que ahora estamos hablando, cuando Grandin denuncia que le
hicieron interpretaciones edípicas sobre el mecanismo que inventó, tiene por
supuesto toda la razón, incluso otro autista consideraba que su psicoanalista
no tenía nada que aprender de ella,
porque buscaba sistemáticamente la causa de su autismo del lado de un deseo
inhibido.
Los métodos de aprendizaje que
son dominantes en todo el mundo anglosajón para tratar el autismo, critican al
psicoanálisis a partir de una concepción caricatural digamos, con un
psicoanálisis que no tiene nada que ver con lo que proponemos, como lo que
proponemos de la invención del borde. Esta es una concepción que es
completamente ignorada y sin embargo no es nueva, ya que se puede encontrar en
la práctica entre varios que fue inventada en 1974, en la que a pesar de no
ponerse en primer plano la dimensión del borde, se pone en primer plano las
invenciones y la diferencia propia de cada uno, lo que ya hacía de alguna forma
Bettelheim.
El caso más conocido es el del
niño maquina, allí Bettleheim hizo lo que se debía haber hecho con Templer
Grandin, es decir, preservar su maquina. Ya había anticipado justamente lo que
se demuestra en los autistas de alto rendimiento, justamente porque él estaba a
la escucha de cada uno.
Entonces lo que habéis dicho al
hablar de este libro (El autista y su voz) he intentado introducir algunas
cosas nuevas desde que se publicó. En este no subrayo tan claramente que el
autismo en el fondo no es una psicosis o si queremos sería una psicosis muy
diferente a todas las demás. La razón esencial es que en la estructura
psicótica hay ciertos pasos de la paranoia a la esquizofrenia a la psicosis
maniaco-depresiva, y en todos los
sentidos posibles, y en cambio el autismo que tiene puntos en común con la psicosis, no evoluciona hacía la
paranoia hacía la esquizofrenia, el autismo evoluciona hacía el autismo, esto
es muy especifico.
Hay otras razones pero esta es la
razón mayor para distinguir entre autismo y psicosis. Esto lo he intentado
seguir desarrollando. Otro punto que he desarrollado tiene que ver con las
formas de hablar de los autistas, que Enric Berenguer comentaba en los niños
del uno solo, del significante congelado, estos son conceptos complejos que se
han discutido mucho en el campo lacaniano. Una pregunta que me planteo es ¿qué
hay de la alienación en el autismo? Algunos sostienen que el autista no ha
entrado en la alienación, otros que habría alienación pero de una forma
específica. Todo el mundo sin embargo, esta de acuerdo en el punto en que no
hay separación, es decir, que la pérdida del objeto no esta simbolizada.
Hay cuatro maneras en que el
autista habla si consideramos que el mutismo es una de ellas: Hay entonces el
mutismo, una lengua verbosa, aquella en la que el uno solo esta puesto más de
manifiesto, una lengua de signos o de acumulación de hechos y frases
espontáneas que son pronunciadas por los autistas mudos que a veces les
sorprenden incluso a ellos, Birgen
Sellin por ejemplo ha pronunciado una frase: “devuélveme mi bola” cuando
alguien le había quitado su objeto autístico.
Estas frases espontáneas siempre
tienen la característica de holofrases, el sujeto esta extremadamente presente
en aquello que dice, la voz está movilizada ahí, lo que es muy angustiante para
el sujeto autista. Él no repite estas frases espontáneas, surgen casi siempre
en un momento de angustia.
Estas frases son muy importantes
para el sujeto autista, muestran que hay un acceso al sujeto del significante,
hay por tanto alienación, pero esta alienación no es asumida, hay un cierto
rechazo a la hora de utilizar el significante salvo en la lengua verbosa, esta
lengua verbosa es una lengua que no tiene valor de comunicación, se trata de soliloquios
que están producidos con el efecto de cierta satisfacción solitaria. Donna
Williams decía que se hablaba a ella misma y que probablemente le gustaba el
sonido de su propia voz.
Hay una cuarta manera de hablar
que es la lengua de signos que se funda en la lengua del Otro, cuando justamente
la lengua verbosa puede ser bastante rica en neologismos, lo que no es el caso
de la lengua de signos, pero esta lengua de signos permite comunicarse
socialmente, pero no es expresiva, esta cortada del goce del sujeto, cortada de
su vida afectiva.
Son cuatro formas de hablar que
tiene el autista y es necesario distinguirlas para el transcurso de la cura. En
nuestro campo muchas veces y durante bastante tiempo conducíamos la cura del
autista como la cura del psicótico, apoyándonos en la interpretación significante
y por tanto tomando apoyo en la lengua verbosa.
Me parece que procede más
apoyarse en la lengua de signos remarcando que la lengua de signos no está
presente en todos los casos de autismo.
En un primer tiempo la cura del
autismo debe orientarse hacía la construcción de un borde porque muchos
autistas no tienen ese borde, serian los autistas pre Kannerianos porque los
autistas Kannerianos son autistas que ya han construido defensas lo bastante
sólidas.
Bien estos son algunos
comentarios.
Enric Berenguer: como introducción antes de pasar la palabra al
salón conviene ver por lo que comenta el Doctor Maleval que es un tema de
debate y de investigación muy activa y que sin duda lo lógico es que todos estos conceptos nos planteen
preguntas, porque como el mismo Jean Claude Maleval nos acaba de describir hay
toda una serie de detalles relacionados con conceptos de la teoría que todavía
siguen siendo objeto de debate muy precisos, que han empezado hace muy poco
tiempo. Pienso que el libro de Jean Claude Maleval es muy importante en este
tiempo porque ha abierto ese debate a un nivel introduciendo elementos
conceptuales que siguen de alguna manera, por elaborar.
Entonces paso la palabra a la
sala para que puedan interrogar estas cuestiones.
Francesc Vilà: Podría hablar un poco más de esta cuestión que ha
dicho de que la evolución del autismo va hacía el autismo.
Jean Claude Maleval: Quise distinguir cuatro posiciones subjetivas en
el interior de la estructura autista. Ya lo decía esta mañana en la jornada de
la ACAP. Los autistas sin borde aquellos que llamaba pre Kannerianos, que son
bastante difíciles de distinguir de los esquizofrénicos, porque si el autista
no ha construido un borde o trata de construirlo, lo va hacer primero con su
cuerpo eventualmente con los limites de su cuerpo, con la saliva, con cosas así
y justamente en nuestra conceptualización la esquizofrenia es un retorno del
goce sobre el cuerpo. Los autistas que no tienen borde o para los que el borde
esta en su propio cuerpo es muy difícil distinguirlos de los esquizofrénicos.
Citaba esta mañana a Tustin, que
decía que cuando privamos a un niño autista de sus objetos autísticos algunos
de ellos devienen hiperactivos, lo que me parece muy justo es una
hiperactividad que he encontrado muchas veces en niños autistas. La
hiperactividad se puede pensar como una forma de invasión del cuerpo por parte
del goce.
En cambio en esta segunda
posición que llamaba los autistas de Kanner que han construido, han elegido un
borde que tiene una función aislante y protectora. Cuando Kanner describe la
relación de estos niños con sus objetos parecen satisfechos, alegres, contentos
siempre que se les deje tranquilos con su objeto, no están angustiados en
cualquier caso. Y la evolución del autismo de Kanner se hace regularmente hacía
el autismo de Asperger. Fue Lorna Wing, psiquiatra Inglesa la que en los años
ochenta desarrollo este concepto. Decíamos, el síndrome de Asperger pero no lo
ligábamos directamente al autismo. Sin embargo en el presente es un hecho que
se da por adquirido que el autismo de Kanner puede evolucionar hacía el autismo
de Asperger. Es un hecho indudable de la evolución desde que conocimos el
primer caso de Kanner. En su articulo presenta 13 casos, el primero de ellos es
Donald, Donald aun esta vivo, está jubilado, hizo una carrera de cajero en un
banco, era la banca de sus padres, pero bueno tenía una pasión por las cifras
que fue utilizada, y tenía además otras dos pasiones que aun tiene, el golf,
hace aun competiciones e incluso algo que es muy sorprendente en casos de
autistas y es que le gustan los viajes, ha viajado mucho en su vida. Por otra
parte conduce su coche y vive de manera independiente en su casa y por tanto
creo es lo que podemos llamar un autista Asperger.
Entonces el primer caso Kanner
devino Asperger, eso no hace falta discutirlo mucho. Incluso en los casos de
los autismos de Asperger pueden evolucionar de una forma en la que digamos que
es muy difícil luego, captar lo que queda de autismo.
Bastantes autistas han sido diagnosticados
muy tardíamente a los 40 ó 50 años y muy probablemente muchos autistas no son
diagnosticados como tales.
Uno de los autistas de alto nivel
por ejemplo explica lo que devino su borde: es una pinza de cocodrilo que carga
en su bolsillo y cuando está inquieto en un momento difícil, se calma tomando
su pinza y decía incluso que había encontrado otro objeto autístico, porque
hubo una evolución de los objetos y que acabo siendo su teléfono móvil y como
pueden ver pasa bastante desapercibido actualmente como objeto autístico, y
entonces claramente, en relación a este recorrido se puede decir que el autismo
evoluciona hacía el autismo hay sin embargo algunos casos excepcionales.
En 200 casos de niños autistas de
Asperger se había visto solo uno evolucionar hacía la esquizofrenia. Hay
algunos otros estudios que
muestran que algunos de ellos, pero en todo caso una proporción ínfima, ha
podido pasar al caso de la psicosis y en breve preguntarse: ¿Es realmente psicosis?
Kanner decía ya que si les privábamos
de sus defensas, de sus objetos, se les inmovilizaba. Decía: vamos a encontrar
el hospital psiquiátrico con comportamientos que parecerían perfectamente
esquizofrénicos y quizás eso que llamamos evolución a la esquizofrenia, sería
algo así como simplemente un paso al autismo descompensado.
En oposición a esto en cambio los
Lefort sostenían que el autismo
evolucionaba hacía la paranoia. Solo conozco un caso clínico en el que
esta cuestión puede evocarse y aunque pueda evocarse no me parece que la paranoia
sea evidente.
Entonces salvo en raras
excepciones, el autismo evoluciona hacía el autismo.
Irene Domínguez: ¿Piensa que la construcción del borde en el
autismo es similar a la construcción del Sinthome?
Jean-Claude Maleval: Es una pregunta muy importante efectivamente.
El borde es al menos una primera
tentativa poco elaborada por ejemplo en Donna Williams cuando describe como
invento a Willie uno de sus compañeros imaginarios, eran primero un par de
ojos relucientes mirándola en la
oscuridad, este par de ojos brillantes fue lo que capto esa imagen del doble.
Lo más fundamental en el borde es la puesta en forma del objeto pulsional, la
captación más bien de un objeto pulsional por una forma y por tanto es muy
diferente del sinthome y es también una de las razones por las cuales la
estructura autística es diferente de la psicosis, y tiene efectivamente muchas
consecuencias en el tratamiento.
No es el trabajo del significante
el que se pone en marcha en la estructura del autista es un apoyo sobre el
objeto y este es un objeto que cada vez se hace más complejo apoyándose sobre
los signos, de hecho los signos son ellos objetos lingüísticos. Es entonces muy
importante pensar que el borde no es el sinthome
Pregunta: ¿Si pudiera desarrollar la diferencia entre la
psicosis y el autismo, porque a veces es difícil la distinción entre una
psicosis infantil, una esquizofrenia y el autismo?
Jean-Claude Maleval: Si absolutamente es una dificultad diferenciar, lo
he evocado por ejemplo los autistas pre-Kannerianos de una esquizofrenia.
Hay cuatro o cinco puntos que
permiten subrayar esta diferencia entre el autismo y la psicosis
El primer punto que se admite en
la literatura internacional se pone el acento sobre ello, es la ausencia de
delirios y de alucinaciones. Es posible que hayan alucinaciones visuales en el
autismo, pero alucinaciones verbales auténticas con automatismo mental parece
algo bastante poco común.
Otro punto es los escritos de los
autistas. Muchos autistas escriben para reivindicar su inteligencia para
señalar que los autistas no son débiles, que hay que tomarlos en consideración,
que hay que tratarlos mejor y se presentan como autistas en sus escritos, se
reivindican como tales. En cambio los psicóticos escriben al contrario, para
decir que no son psicóticos, para decir que han encontrado un descubrimiento
extraordinario.
Otro punto es la inmutabilidad. Es
un concepto que ellos no conocen, es Kanner quien lo introduce, y es
efectivamente un modo de defensa específico de los autistas.
El cuarto punto es lo que he
señalado, la evolución del autismo hacía el autismo que yo diría que es incluso
el elemento mayor.
Hay otro elemento diferencial, si
vemos la esquizofrenia, hay todavía otro elemento diferencial y es que el
esquizofrénico es fundamentalmente irónico, en general no cree en nada,
denuncia más bien los semblantes. Cuando los autistas en general no denuncian
cuando quieren algo, cuando están en estado de pedir alguna cosa, como podemos
leer en el caso de Donna Williams, le dicen al otro: “me gustaría que me diera
algunas reglas absolutas para poderme orientar en el mundo”, esto es
fundamentalmente diferente de la ironía esquizofrenica.
Entonces estos son 5 puntos en
los que se puede diferenciar el autismo de la psicosis, si no estoy olvidando
alguno.
Enric Berenguer: Bueno por la hora ya tenemos que ir acabando pero
sí quería introducir una pequeña anécdota
que tiene que ver justamente con este punto. Conseguimos que se publique
el segundo libro de Donna Williams “alguien en algún lugar” y esto dio lugar a
toda una serie de intercambios con ella por skype muy interesantes, porque ella
es muy comunicativa hay que decir, y sin embargo Donna Williams dice
constantemente que ella sigue siendo autista pero eso produce realmente una
especie de diplopía extraña porque la gente no sabe cómo alguien que
aparentemente se comunica tanto, puede seguir sosteniendo su “autismo”, y lo sostiene con
precisión, no es solamente una identidad, no, hay una decisión en eso.
Pero hay una gran anécdota y eso
es lo que quería decir para terminar y es que ella fue contactada a través de
la editorial por una periodista internacional, para una revista que estaba muy
interesada en el caso de esa mujer que había tenido una vida tan extraordinaria,
sobretodo porque había una historia infantil un poco truculenta con abusos.
Entonces llamó a Donna Williams y luego me llamó a mi y me dijo “esa señora no
es autista, no vamos a publicar la entrevista”. No pude convencerla de lo
contrario y esa entrevista aun no se ha publicado.
Jean Claude Maleval: Donna Williams dice que ella es autista así como
todos los autistas de alto nivel insisten en este punto. Dicen: si me quitaran
mi autismo no sería yo mismo, eso es bien importante.
Entonces Donna Williams se comunica
mucho, y también Templer Grandin se comunica mucho, pero comunican y son
voluntariosas de una manera más sencilla cuando comunican o bien por escrito o
bien a través del ordenador.
Williams relata que a veces ella
da conferencias y que para ella es angustiante, porque hay que dejar ir la voz.
Grandin realmente ha adquirido o ha llegado a una estabilización excepcional
sobre ese punto, porque ella realmente puede dar conferencias sin demasiada
angustia y eso es extremadamente raro en los casos de autismo.
Sin embargo tiene un repulso que
es que ella, justo da conferencias sobre aspectos técnicos, que por supuesto
ella tiene bien por la mano, es decir que no pone sus afectos en aquello que
dice.
Esto es una manera de pensar las
cosas, es realmente una de las estabilizaciones más alta a la que puede llegar
un autista.
Josep Maria Panès: Si brevemente lo que me ha evocado los últimos
comentarios de Enric Berenguer y la referencia a Templer Grandin, es otra
anécdota contada por Lucia Vil.loca, y puedo decirla porque ella la ha contado
más de una vez en público. Tuvo la ocasión de escuchar a Templer Grandin en un
congreso de psiquiatría al que ella había sido invitada y después de escucharla
hablar y luego hablar con algunas personas en la sala del gran hotel, se la
encontró en el ascensor y ella que es una persona muy expansiva, muy enfática,
se dirigió hacía ella con el gesto de abrazarla para saludarla y decirle lo
mucho que le había gustado la conferencia y se dio cuenta inmediatamente que al
verla ésta mujer, adoptaba una rigidez corporal, una sensación de extrañeza y
espanto, e inmediatamente ella se dio cuenta de su equivocación y cedió cierta distancia con un tono
menos enfático y trasmitió ese contraste de que detrás de esa capacidad para
hablar en público había un sujeto autista.
Traducción simultánea durante la presentación realizada por: Héctor Garcia.
Transcripción y edición: José Castillo y Erick González.
Transcripción y edición: José Castillo y Erick González.